jueves, 20 de agosto de 2015

La arquitectura en la época de la república

A inicios del siglo XIX, la urbe Limeña todavía se encontraba delimitada por las murallas, construidas como medio de proteger la ciudad -controlada por España- de la expansión clandestina del mercado inglés (1685). En lo arquitectónico, el barroco –que fue el estilo dominante durante el siglo XVII hasta mediados del XVIII, momento en que aparece el rococó y neoclásico-, había entrado en declive y prácticamente durante todo el siglo XIX el neoclásico se impuso, ...“en un principio como arte decorativo y cortesano y luego, con la independencia, se constituyó como el arte de los nuevos líderes, quienes adoptaron las formas arquitectónicas que venían desde Francia, pues el neoclásico era expresión del espíritu burgués de la Revolución Francesa”. 1

A pesar de la independencia de España, el nivel cultural e ideológico perduró en los primeros decenios de la república. Tal es así que los modos de vida y comportamiento coloniales subsistieron, y la arquitectura –en especial la vivienda-, como reflejo de estos cánones de vida, permaneció intacta en su organización espacial.

Gráfico 1: Distribución espacial de la casa colonial. Fuente: Rodríguez, Luis. "Arquitectura Limeña: paisajes de una utopía"

Las nuevas formas de arquitectura que surgieron –que fueron pocas-, aparecieron debido a la migración de extranjeros, quienes crearon nuevos centros urbanos-rurales (Miraflores, Barranco y Chorrillos), cuya arquitectura: la casa sub-urbana, la casa-hacienda y la casa-rancho, se diferenciaron espacialmente de la casa colonial y republicana que predominaba en el centro de Lima. Estas nuevas formas, sin embargo estaban marcadas por el neoclasicismo o en su defecto, estaban basadas en estilos arquitectónicos vigentes en ese momento en Inglaterra, Francia e Italia. Esta migración poblacional, introdujo cierto modernismo europeo en el medio local pero la llamada casa republicana, fue el tema principal del periodo, a diferencia de la arquitectura religiosa que dominó el periodo colonial.  2

Como señala Luis Rodríguez Cobos, si bien la casa republicana mantuvo la distribución espacial semejante a la casa colonial, la expresión formal de las fachadas y la ornamentación fueron modificadas, introduciéndose las nuevas formas por un academicismo dominante en la ideología estética. “La adopción del Neoclásico determinó cambios plásticos y ornamentales en la arquitectura (republicana). Se abandonaron las formas gruesas y pastosas del barroco colonial por la finura, el equilibrio y la estructuralidad de las formas clásicas. Desaparecieron los pequeños balcones de celosías, que cedieron su lugar a largas galerías de madera y vidrio, rematadas por cornisas clásicas que con los balcones republicanos (…). La naturaleza industrial de muchos de los elementos de la arquitectura republicana fue una característica interesante. Muchos de los cornisamientos y los relieves se producían en fábricas y los diseños de los balcones eran estandarizados, razón por la cual en Lima, cinco o seis diseños-tipo de balcones se repiten un sin número de veces. Con las rejas sucedió lo mismo: se abandonó el hierro forjado, procedimiento artesanal, por la fabricación a base de piezas standard de hierro fundido. La expresión de la industria a través de la estandarización y uniformización, le dieron a la arquitectura republicana un carácter moderno y, si se quiere avanzado”. 3



Gráfico 2: Distribución espacial típica de la casa republicana. Fuente: Inventario FAUA UNI, 1993.

A fines del siglo XIX (1870-80), la arquitectura republicana que constituyó una expresión formalmente original –gracias a la evocación de la arquitectura colonial y por incidencia del neoclasicismo-, tuvo un declive hasta finalmente desaparecer para dar lugar a un periodo netamente Académico o Clásico, basado en los cánones de composición y ornamentación de las academias europeas, el cual duró hasta los años 20-30 del siglo XX, momento en que emerge la inquietud por una arquitectura nacional y propia.

Citas:
1. Haro y Madueño (35), op. cit. p. 113.
2. Rodríguez Luis. “Arquitectura Limeña: paisajes de una utopía”, Colegio de Arquitectos del Perú, 1983, p. 23. 
3. García Bryce, José “150 Años de Arquitectura Peruana”, Rev. de la Sociedad de Arquitectos del Perú, Boletín Nº 11, Lima, 1962, pp. 41 y 42.

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