A inicios del siglo XIX, la urbe Limeña
todavía se encontraba delimitada por las murallas, construidas como medio de
proteger la ciudad -controlada por España- de la expansión clandestina del
mercado inglés (1685). En lo arquitectónico, el barroco –que fue el estilo
dominante durante el siglo XVII hasta mediados del XVIII, momento en que
aparece el rococó y neoclásico-, había entrado en declive y prácticamente
durante todo el siglo XIX el neoclásico se impuso, ...“en un principio como arte decorativo y cortesano y luego, con la
independencia, se constituyó como el arte de los nuevos líderes, quienes
adoptaron las formas arquitectónicas que venían desde Francia, pues el neoclásico
era expresión del espíritu burgués de la Revolución Francesa”. 1
A pesar
de la independencia de España, el nivel cultural e ideológico perduró en los
primeros decenios de la república. Tal es así que los modos de vida y
comportamiento coloniales subsistieron, y la arquitectura –en especial la
vivienda-, como reflejo de estos cánones de vida, permaneció intacta en su organización
espacial.
Gráfico 1: Distribución espacial de la casa colonial. Fuente: Rodríguez, Luis. "Arquitectura Limeña: paisajes de una utopía"
Las
nuevas formas de arquitectura que surgieron –que fueron pocas-, aparecieron
debido a la migración de extranjeros, quienes crearon nuevos centros
urbanos-rurales (Miraflores, Barranco y Chorrillos), cuya arquitectura: la casa
sub-urbana, la casa-hacienda y la casa-rancho, se diferenciaron espacialmente
de la casa colonial y republicana que predominaba en el centro de Lima. Estas
nuevas formas, sin embargo estaban marcadas por el neoclasicismo o en su
defecto, estaban basadas en estilos arquitectónicos vigentes en ese momento en
Inglaterra, Francia e Italia. Esta migración poblacional, introdujo cierto
modernismo europeo en el medio local pero la llamada casa republicana, fue el
tema principal del periodo, a diferencia de la arquitectura religiosa que
dominó el periodo colonial. 2
Como
señala Luis Rodríguez Cobos, si bien la casa republicana mantuvo la
distribución espacial semejante a la casa colonial, la expresión formal de las
fachadas y la ornamentación fueron modificadas, introduciéndose las nuevas
formas por un academicismo dominante en la ideología estética. “La adopción del Neoclásico determinó
cambios plásticos y ornamentales en la arquitectura (republicana). Se
abandonaron las formas gruesas y pastosas del barroco colonial por la finura,
el equilibrio y la estructuralidad de las formas clásicas. Desaparecieron los
pequeños balcones de celosías, que cedieron su lugar a largas galerías de
madera y vidrio, rematadas por cornisas clásicas que con los balcones
republicanos (…). La naturaleza industrial de muchos de los elementos de la
arquitectura republicana fue una característica interesante. Muchos de los
cornisamientos y los relieves se producían en fábricas y los diseños de los
balcones eran estandarizados, razón por la cual en Lima, cinco o seis
diseños-tipo de balcones se repiten un sin número de veces. Con las rejas
sucedió lo mismo: se abandonó el hierro forjado, procedimiento artesanal, por
la fabricación a base de piezas standard de hierro fundido. La expresión de la
industria a través de la estandarización y uniformización, le dieron a la
arquitectura republicana un carácter moderno y, si se quiere avanzado”. 3
Gráfico 2: Distribución espacial típica de la casa republicana. Fuente: Inventario FAUA UNI, 1993.
Citas:
1. Haro y Madueño (35), op. cit. p. 113.
2. Rodríguez Luis. “Arquitectura Limeña: paisajes de una utopía”, Colegio de Arquitectos del Perú, 1983, p. 23.
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3. García Bryce, José “150 Años de Arquitectura Peruana”, Rev. de la Sociedad de Arquitectos del Perú, Boletín Nº 11, Lima, 1962, pp. 41 y 42.
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